jueves, 15 de diciembre de 2011

A la gran pirámide de Egipto

José María Heredia

¡Escollo vencedor del tiempo cano
Isla en el mar oscuro del olvido.
misterio entre misterios distinguido.
De un inmenso arenal gran meridiano!

¡Montaña artificial, resto tremendo
Estructura sublime y ponderosa
Del desierto atalaya misteriosa,
de la desolación trono estupendo!




En tu cumbre inmortal se dan la mano

La eternidad que fue con la futura:

¡La voz de lo pasado en ti murmura,

De una tierra ya muda escombro vano!



¡Qué triunfos, qué desastres, qué mudanzas

Has presenciado! ¡Cuanta muchedumbre

Siglo tras siglo contempló tu cumbre...!

¿Qué se hicieron sus penas y esperanzas?



Cien imperios esppléndidos, que fueron

Nuevos en tu vejez, se han abismado:

Reyes, sabios, guerreros han pasado,

Y en el abismo mísero se hundieron.



De tus autores pereció la historia

tal vez su polvo, que arrebata el viento.

Empaña el exterior del monumento

En que pensaban perpetuar su gloria.



Ancha en tu base, a un punto reducida

Do te acercas al cielo,¿no figuras

El orgulloso error de las criaturas

Y tu esperanza en polvo convertida...?



Cuando tu incierto origen indagamos,

Escribe en tí, cual en funérea losa,

El irónico tiempo: "obra gloriosa

De monarca potente -que ignoramos"

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