miércoles, 23 de noviembre de 2011

Papiro de Nesikhonsu




imagen de el papiro de Nesikhonsou, de la edición publicada por el museo de El cairo sobre los papiros de la dinastía XXI de Naville.
































Apunte proporcionado por Shady sobre el papiro

Drioton hace un análisis dogmático de este papiro y dice lo siguiente:

Podemos formarnos una idea de la concepción que los egipcios se hacían del dios Amon, gracias a los papiros funerarios encontrados en los sarcófagos del gran sacerdote Pinedjem II y de su mujer Neskhons. Amón era el dios primordial, creador de los dioses y de los hombres; como tal era todopoderoso y todo lo que existía dependía estrechamente de él. De este modo, se legitimaban sus múltiples intervenciones en cualquier ámbito. Esta concepción del dios, había llevado a un monoteísmo que no difería del que había reinado en la época amarnense, sino en un punto: no era exclusivo. Lejos de ser abolido, el culto a los otros dioses se había favorecido y servía para glorificar al creador: Amón. En efecto, todos los dioses eran considerados como emanaciones de la sustancia generadora de Amon y solo en razón de su origen se los honraba al lado del demiurgo universal.

Pero, naturalmente, si bien los otros dioses eran tolerados, las grandes funciones estaban reservadas a Amon. En particular, éste había reemplazado a Osiris en sus funciones jurídicas en el más allá. Es curioso comprobar que los papiros funerarios de Neskhons y de Pinedjem II no atribuyen a Osiris sino a Amon el poder de juzgar a los muertos, deidificarlos y permitirles ir y venir por los campos de Ialu, o el de asegurar hasta la eternidad las ofrendas que necesitaban en el otro mundo.

Los egipcios atribuian al muerto, deidificado en esa forma por Amon, un poder muy grande, que se ejercía no solo en el otro mundo sino también sobre la tierra. Esta creencia de que los muertos tenían la posibilidad de dañar o de favorecer a los vivos, existía en Egipto desde mucho tiempo atrás, pero, al parecer, nunca se había expresado en forma tan dogmática como durante la dinastía XXI. El papiro de Neskhons nos ha proporcionado un buen ejemplo: Pinedjem mandó redactar para su mujer un papiro cuyo texto aparece dividido en dos partes: la primera está dedicada a un himno al dios Amon y la segunda a una declaración de Amón con respecto a la difunta, declaración que evidentemente fue inspirada, sino escrita, por Pinedjem. El gran sacerdote que, al parecer, tenía alguna razón para temer a la venganza de su mujer, hace pronunciar al dios palabras de apaciguamiento, cuyo objeto principal era atraer la protección de Neskhons sobre él, su harem y su familia. Le hace conceder por el dios un certificado de lealtad conyugal que trae una nota curiosa sobre las costumbres del harem egipcio, costumbres acerca de las cuales se podía ya tener una idea bastante precisa merced al gran proceso que se realizó al final del reinado de Ramsés III. Nunca, dice Amon, intentó Neskhons quitar la vida a su esposo ni hacérsela quitar por otros, y nunca usó contra él ningún maleficio culpable: de este modo, el dios deidificó a Neskhons y "ha vuelto a su corazón", en un sentido extremadamente favorable a Pinedjem.





Imagenes: Naville, Museo Cairo

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